El paisaje lingüístico (PL) de un lugar, como un pueblo o una ciudad, es el conjunto de todas las representaciones lingüísticas que encontramos en los espacios públicos, como señales públicas (de tráfico) o privadas (en tiendas), publicidad, letreros, carteles de anuncios, etiquetado o expresión urbana. El PL nos permite conocer mejor la lengua, la cultura y también el pensamiento social del lugar en cuestión. Y para el aprendiente de una lengua la ciudad (o el entorno donde se encuentra) se puede entender como un espacio para el aprendizaje.
Hablamos con Lola Pons, catedrática de Lengua Española en la Universidad de Sevilla, autora de El paisaje lingüístico de Sevilla. Lenguas y variedades en el escenario urbano hispalense (2012), sobre cómo aprovechar el potencial del PL en el aula de lenguas presencial u online, y especialmente, sobre cómo guiar al alumno para que también pueda aprender de él de manera autónoma.
El PL puede entenderse como un gran corpus lingüístico de un lugar. Ofrece al estudiante muestras para aprender los conocimientos lingüísticos y extralingüísticos de una lengua, especialmente en un contexto de inmersión. Entendemos que la inmersión consiste en una acción donde el sujeto, en este caso el estudiante, ha de ser proactivo, es decir, implicarse en el estudio y aprendizaje de la lengua. ¿Cómo podemos ayudar al estudiante de una lengua (materna o extranjera) a que se implique en este PL de una manera activa? ¿Con qué tipo de actividades? ¿Recomendaría alguna en concreto para iniciarse?
Recomiendo la inmersión audiovisual (series, películas, informativos en la lengua que se está aprendiendo), actividades de interacción con los locales (entrevistas, retos que se realicen en lugares de concurrencia como mercados o espectáculos tradicionales) y una incitación continua a que se abandone la compañía de los aprendientes con quien se comparte aula cuando se sale del aula: tener, en suma, el espíritu abierto de los antiguos viajeros y no la prisa o la limitación autoimpuesta de quien se siente solo turista accidental.
Una estrategia esencial en el aprendizaje de una lengua es la de observar, sin embargo no siempre vemos o sabemos aprovechar el potencial de lo que tenemos a nuestro alrededor, en este caso los textos. ¿Cómo podemos ayudar al aprendiente a observar de manera consciente el PL de la lengua que está aprendiendo?
Me gustan mucho las actividades en forma de hilo, desplegadas horizontalmente a lo largo de un curso, en que cada día un alumno enseñe una foto de su calle en el ambiente de la inmersión (o de una imagen de cartografía en línea, en el caso de que aprenda desde casa) y que explique el rótulo de la calle, los comercios que ve en ella, el tipo de calle que es…Lo mismo recomendaría para estudiantes de Primaria hispanohablantes: antes que describir una foto del libro, ¿por qué no describimos la perspectiva que se ve desde el aula del cole? Antes que conocer un personaje histórico alejado, ¿por qué no saber quién es la figura histórica que da nombre a nuestra calle?
Los aprendientes de una lengua extranjera no aprenden siempre desde un país en el que se hable dicha lengua, sino desde donde residen. ¿Cómo se puede trabajar el paisaje lingüístico desde un contexto de no inmersión?
Desde la fabulosa oportunidad de la cartografía en línea. Este año, impartiendo Dialectología a mis alumnos universitarios, trabajamos sobre la convivencia de español e inglés en Puerto Rico, y terminamos entrando en una calle cualquiera de Puerto Rico desde Google maps para contemplar la aparición de inglés en los organismos e instituciones oficiales y el español generalizado de la rotulación particular. También, acudiendo a la prensa local en línea: veamos cómo titula y qué problemas tiene esa región alejada de la nuestra. Hay noticias y problemas globales con léxico y modos compartidos, pero en la narración del periodismo local hay todo un nicho de aprendizaje.
Los PL nos muestran, además de cuestiones lingüísticas, otros elementos de un lugar concreto, como las políticas lingüísticas, la situación de algunas lenguas minoritarias, contextos de multilingüismo, los cambios sociales, económicos, las situaciones migratorias o la imagen de la clase social de un lugar concreto. Nos ofrecen una relación entre el contexto social y lingüístico, pero también económico, ideológico y político. ¿Nos podría ofrecer alguna propuesta para trabajar los PL en el aula de lengua o de idiomas desde alguna de estas perspectivas?
Una buena oportunidad, que yo trabajé en mi libro El paisaje lingüístico de Sevilla, es estudiar qué lenguas acompañan al español en entornos de turismo. Hay una tríada muy común (inglés, francés, alemán) que curiosamente no se ve custodiada por lenguas que hablan miles de nuestros turistas (japonés, portugués, árabe). Hay ocasiones en que lo que se “dice” en español se traduce de forma muy distinta según cada idioma. Recuerdo una hilarante foto que hice de unos abanicos por encargo en que se anunciaba un plazo de ejecución de horas o días según la lengua a la que estaba traducido el anuncio.
El PL de un lugar nos puede mostrar, en gran medida, un contexto de multilingüismo, del que sus habitantes o los propios estudiantes de dicha lengua no siempre son conscientes o se identifican con el mismo. ¿Cómo podemos ayudar al alumno a descubrir la realidad multilingüística de un lugar?
Supongo que ayudándolo a que cense lenguas en un entorno concreto de calles, a que busque su lengua en el entorno de la L2 o que encueste a hispanohablantes sobre su biografía lingüística. Es fácil localizar hablantes que han estudiado una o varias segundas lenguas, o que han identificado en su trayectoria vital a gentes con acentos y lenguas distintos de los propios… Entrevistarlos, preguntarles sobre sus percepciones, invitarlos a que enseñen al aprendiente una expresión curiosa o característica… esas complicidades lingüísticas son la excusa para una exposición muy fértil a la lengua que se está aprendiendo.
El PL puede reflejar la diversidad de lenguas, ideologías o luchas de poder entre las mismas, pero no siempre puede ser tomado como reflejo completamente certero de la realidad lingüística de un lugar. Encontramos hablantes no siempre identificados con la lengua que muestra el PL, destinatarios que asumen diferentes interpretaciones de un mismo signo y también en este esquema encontramos una “exposición pública del signo que lo hace abierto a la vista de todos, instrumento capaz de modificar percepciones y valoraciones sociolingüísticas de quienes no han sido destinatarios planificados de él” (Pons, 2012). ¿Cómo podemos aprovechar en el aula de idiomas, lugar en el que conviven diferentes lenguas y culturas de aprendizaje y creencias ante las mismas, esta variedad de interpretaciones y complejidad del PL?
Mi experiencia es que la sensibilidad de los aprendientes es tan variada como la de los propios hispanohablantes. Hay anglohablantes que se sorprenden de que haya en España una aerolínea llamada “Vueling” y lo ven de forma purista como un atentado al español. Y otros lo ven divertido y simplemente curioso. En nuestra percepción de la convivencia de lenguas se refleja nuestra sensibilidad lingüística, nuestra cultura lingüística, y eso viene de base.
Los PL ofrecen muestras reales y contextualizadas de la lengua, lo cual puede ser de gran ayuda para el estudiante de una lengua en situación de inmersión, en el que la lengua es una herramienta que le va a permitir realizar acciones, comunicarse, conocer gente, conocer la cultura, realizar actividades, etc. ¿Cómo pueden los PL contribuir al desarrollo de la competencia pragmática, a esa comprensión y relación con los mensajes que encuentra a su alrededor?
Es muy difícil entender determinados tipos de cartelería. Rótulos que son de nivel básico para el estudiante pueden ser muy difíciles de entender por una cuestión sociopragmática. Me recuerdo a mí misma de pequeña ante un cartel de una tienda que decía “Sírvase coger un folleto”, y tardé tanto en entender ese “sírvase”… Nos hace falta despertar nuestra atención sobre el entorno lingüístico en que nos movemos. También es interesante invitar a producir paisaje lingüístico, a recrearlo creando cartelería propia a imitación de la que existe en el entorno real de aprendizaje.
El lenguaje del verano
En Campamento Norte estamos explorando el paisaje lingüístico del verano. Participa en nuestro viaje de descubrimiento en Instagram y Twitter y podrás ganar una matrícula a uno de nuestros cursos. Tienes hasta el 30 de agosto para participar.
¿Qué tienes que hacer?
Simplemente comparte en Twitter o Instagram una foto o vídeo del paisaje lingüístico (una foto de un cartel, un etiquetado, un texto en la calle, una señal) de tu verano. Tu paisaje, por supuesto, puede ser muestra de cualquier lengua o mezcla de ellas. No te olvides de mencionar a @campamentonorte en Instagram y @campament0norte en Twitter y añadir el hashtag #lenguajedeverano.