“Muchas veces se evita tratar tanto en los materiales como en las aulas de idiomas aspectos LGTBIQ+”

La visibilización de realidades LGTBIQ+ y el uso de lenguaje inclusivo son dos importantes campos de batalla actuales en la lucha feminista y por la igualdad de las personas LGTBIQ+. También en el aula de idiomas, un espacio en el que estas realidades están muchas veces ausentes. Para analizar estos y otros aspectos se está organizando en Madrid MariCorners, I Congreso Internacional de Comunicación y Espacios LGTBIQ+, que tendrá lugar los días 10, 11 y 12 de abril de 2019. Para saber más sobre el congreso y sobre la situación de las realidades LGTBIQ+ en el aula de idiomas hemos entrevistado a Aarón Pérez, secretario del congreso.

Buenos días, Aarón, encantados de poder hablar contigo. ¿Cómo describirías MariCorners a gente que aún no lo conoce?

Lo primero, primerísimo, que quiero manifestar es un agradecimiento tremendo por el apoyo que Campamento Norte, y en especial Lola Torres, está dando a este congreso. Este será un congreso académico, pero que trata de habilitar un hueco a quienes han tenido siempre una voz desde las esquinas (corners), y de ahí la importancia de reivindicar un espacio de investigación interdisciplinar sobre estudios LGTBIQ+, algo que en algunos países anglohablantes, por ejemplo, tienen claro desde hace más años (no muchos más, todo hay que decirlo).

Habéis dedicado una sección muy importante a la lengua, con apartados para la sociolingüística, pragmática, lexicología, traducción, fonética y la literatura. Más allá del lenguaje inclusivo, qué importancia tiene la lengua a la hora de visibilizar y tratar las realidades LGTBIQ+? ¿Qué puede aportar la perspectiva LGTBIQ+ a la lingüística?

Efectivamente, aunque debo precisar que desde MariCorners no hemos dedicado un espacio a la lengua, sino que la mayoría de propuestas que hemos recibido y que el comité científico ha valorado como propuestas de calidad han sido de corte lingüístico. Esto da una idea de por dónde va la cosa. Quiero decir, la lengua, desde mi punto de vista de lingüista, impregna todo lo que sea social, irremediablemente, y los aspectos LGTBIQ+ tienen un fuerte calado social. Si miramos el programa provisional (que se parece mucho al definitivo, que saldrá muy pronto), vemos que cuando trabajamos lengua y aspectos LGTBIQ+, encontramos la perspectiva del discurso como moldeador de una realidad social, de una identidad colectiva; la traducción como dilema en la visibilización de realidades mediadas por una persona que decide traducir de una manera u otra; la presencia en la literatura como establecimiento de modelos, estereotipos, etc. de aquello que no sea heterosexual; y, por supuesto, el lenguaje inclusivo forma parte importante de muchas mesas lingüísticas. Por ejemplo, yo necesito mucha formación en este ámbito, ya que cuando tuiteo me veo en el dilema de desdoblar «o/a» o «es/as», que cada vez veo como más binario, usar la impronunciable «x» o emplear la más aceptada por los colectivos no binarios («-e»), pero que puede crear rechazo en otras personas no acostumbradas. Creo que se puede dar un gran debate en este sentido, pero también en otros, como la sociolingüística. Cuando vemos un estudio sociolingüístico nuevo, es rara la ocasión en la que la variable género (entendido más allá del binarismo hombre/mujer) u orientación sexual entran dentro del estudio. Creo que estas y otras reflexiones pueden ser muy enriquecedoras para las personas que investigan en Lingüística ahora mismo.

Habrá una mesa redonda de segundas lenguas. Hemos visto que se tratará, entre otros temas, la diversidad afectivo-sexual y las familias en la enseñanza. ¿Cómo crees que se encuentra en estos momentos el mundo de la enseñanza de idiomas (ELE, ESL) ante estos temas? ¿Hay representación de las diferentes realidades y de los modelos de familia en el aula? ¿Cómo se trata en general la diversidad sexual en el aula de lengua extranjera?

Este tema me parece de los más interesantes, porque puede servir a personas no especializadas para reflexionar sobre de qué manera han sido mediadores hacia el aprendizaje de una lengua. Como decía antes, igual que la persona que traduce también media entre una realidad y otra, el profesorado de idiomas o segundas lenguas es mediador del aprendizaje de esas lenguas. En esa mediación, nos dejamos llevar por ideas preconcebidas sobre aprendientes: que vienen de países «más retrógrados», que no entenderán esos «aspectos de la cultura» o que habrá conflicto en el aula por ello. De ahí que se evite tratar tanto en los materiales como en las aulas muchas veces aspectos LGTBIQ+, que es lo que me ocurría a mí antes en clase: habla de la familia nuclear, habla del lenguaje que vayan a necesitar como si todos y todas fueran heterosexuales, y así todo. Que igual no hace falta ni tratarlo de manera explícita, sino que se presenten modelos afectivo-sexuales no heterosexuales cada vez que haya un input implicado. La cuestión es que no sé a ciencia cierta cómo se encuentra el panorama ELE / ESL en este sentido, de ahí que tenga tanto interés en esta mesa de segundas lenguas y en aprender de los y las ponentes (ahí me ha salido el doblete otra vez…) de esta mesa, pero sí puedo prever un presente poco alentador y con mucho sobre lo que trabajar en los materiales de segundas lenguas (ya sea en papel o digital) y en la conciencia del profesorado.

¿Cómo responden las editoriales ante la diversidad sexual? ¿Crees que ha habido algún avance los últimos años? ¿Cuáles son los retos en el mundo editorial?

Otra pregunta muy interesante y difícil de contestar. Creo que en MariCorners podremos profundizar mucho más en este campo. Quizás es donde más se ve la carencia, ya que un material se publica, se usa en el aula, se ve en todo el mundo. Ahí está el dilema de una editorial: crear un material lo más exportable posible, lo que recupera esos dilemas y conflictos que tienen las personas que crean y editan materiales de segundas lenguas. Pero algo de avance se va notando. Yo que toco y trabajo con materiales todos los días, que hablo con algunas creadoras de materiales, sé que aunque es complicado, no es imposible avanzar. Hace falta voluntad, valentía y, efectivamente y por desgracia, «diseminar» el contenido LGTBIQ+ de manera que «no se note». Eso hace que, por ejemplo, sea más común ver en los tipos de familia a dos mujeres juntas que a dos hombres (o, corrigiéndome a mí mismo, a dos personas con performatividad de género femenina que masculina), ya que, por esa invisibilización que han tenido las lesbianas en la tradición occidental (esta lectura postcolonialista no hay que perderla de vista), puede parecer que son «amigas que viven juntas». Eso me recuerda al lema típico de las pancartas del Orgullo LGTBIQ+: «No somos amigas, nos comemos el coño». Pero ya digo, sobre este tema no quiero incidir más, ¡en la mesa de Enseñanza de segundas lenguas se podrá poner toda la carne en el asador!

Muchos profesores de idiomas están leyendo esta entrevista y se preguntarán cómo pueden contribuir ellos a que se trabaje la diversidad sexual, los diferentes modelos de familia y el lenguaje inclusivo en el aula. Más allá del importante papel de las editoriales, ¿qué iniciativas individuales pueden llevar a cabo los docentes en el aula?

Me encanta que me pongáis en estos bretes, jaja. Y un saludo al profesorado que nos está leyendo. En realidad, como decía, es una cuestión muy controvertida, y ser valiente no siempre es una opción realista, por lo que hay que poner siempre en una balanza pros y contras. No obstante, yo animo a todo el profesorado de segundas lenguas a ir indagando sobre lo afectivo-sexual y toda la variedad que existe más allá de la heteronormatividad, la familia nuclear e incluso la monogamia. Y también quiero reivindicar la reflexión de que no se trata de un capricho, de que las personas se levanten pensando «hoy seré mujer», o diciendo «hoy me va el poliamor», así, por capricho, sino que es la consecuencia de una cultura, de una deconstrucción personal, de una metarreflexión constante sobre nosotres mismes (ojo al guiño), y lo interesante es que en un aula de segundas lenguas tenemos a personas aprendiendo que probablemente hayan hecho esa introspección en algún momento. ¿Cómo no abordarla? Las pequeñas iniciativas individuales van más allá de presentar diferentes modelos de familia; también se trata, por ejemplo, de que, antes de corregir a una alumna que dice que se va a pasar San Valentín con su novia (y no con su novio), reflexionemos no sea que en lugar de un error de género gramatical o de un «patinazo» fonético, se trate realmente de que está saliendo del armario con su docente y no nos estamos dando cuenta. Y esa oportunidad pasa pocas veces en un aula.

¿Nos podrías dar tres consejos sencillos para utilizar de manera adecuada el lenguaje inclusivo?

¡Oh, vaya! No soy especialista en el tema, la verdad, y hago lo que puedo en redes sociales (con muchos fallos que reconozco). No tengo «consejos sencillos», pero sí reflexiones que proceden de mi experiencia y que pueden servir a cualquier hablante / escribiente. En mi experiencia, la fórmula de desdoble o de arroba (@) cae en un binarismo que no tiene en cuenta otras realidades e identidades, pero si las usamos, asegurémonos de que no hay un término más neutral y que abarque más. Habrá quien piense «menuda tontería», «esto es un capricho posmodernista» o «ya están los millennials tocando los…», pero a esas personas las animo a ir a MariCorners, conocer a personas no binarias, hablar con elles (ni ellos ni ellas) y empatizar con esa invisibilización que sufren, ese desprecio o esa indiferencia social. Al final, lo que hago es ir sobreviviendo con las normas que tenemos en español, pero no me siento 100 % a gusto cuando escribo un tuit, por ejemplo, y no sé cómo ser más inclusivo. El problema de todo esto se reduce a las personas que no tienen empatía con aquello que no sean ellas mismas. Y ahí hay mucho trabajo pedagógico que hacer, pero también autoanalizarnos, deconstruirnos y hacer un trabajo personal de apertura de mente (tres consejos nada sencillos, por cierto).

Tener modelos, referentes, visibilizar otras realidades son herramientas poderosas para el cambio de modelos, el reconocimiento y el aprendizaje. ¿Recomiendas algún recurso o material para llevar al aula de idiomas que ayude a visibilizar la diversidad sexual, el lenguaje inclusivo o los diferentes modelos de familias, ya sea para adultos o niños?

Culminamos con una pregunta cuya respuesta se ha ido complejizando conforme hemos avanzado en la entrevista. Evidentemente, ningún material hecho ex profeso para el aula de idiomas va a satisfacer estas necesidades, por lo que el profesorado debe buscar entre material real (folletos de asociaciones LGTBIQ+, congresos, o incluso pequeños párrafos de leyes sobre la protección LGTBIQ+, que alguna ya tenemos en España) para analizar la presencia social de manera explícita, pero también es verdad que no podemos llegar a todo. Lo que quiero decir es que podemos llevar al aula un material maravilloso que visibilice y que haga que si alguien en clase ha tenido una reflexión en este sentido sobre su propia identidad, tenga modelos, tenga asideros sociales y referentes, pero no podemos obviar que esto no estará exento de polémica, que si trabajamos con niños es probable que padres, madres o progenitores varios aparezcan en nuestra puerta exigiendo explicaciones y hay que tener mucho cuidado en según qué países trabajemos o con qué estudiantes, o incluso en qué tipo de institución lo hagamos. En definitiva, es una cuestión muy compleja sobre la que no tengo tantas respuestas como preguntas, de ahí que sea necesario un congreso como MariCorners, donde existirá un espacio de reflexión e intercambio que genere investigaciones en este y otros muchos sentidos.

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