Cómo utilizar ChatGPT en el aprendizaje de lenguas: procesos y pensamiento crítico

Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia

Arthur C. Clarke, 1962

Por Isabel Leal y Lola Torres

Inteligencia Artificial fue la palabra del año elegida en 2022 por la Fundéu. Aunque lleva desarrollándose desde hace mucho tiempo, la inteligencia artificial (IA) ha irrumpido recientemente en nuestro día a día. Seguramente has oído hablar sobre ChatGPT (de OpenAI), un modelo de lenguaje que genera cualquier tipo de textos que le pidamos; también hay otras IA, como Dall-E (también de OpenIA) o Stable Diffusion (que ya está integrada en herramientas de diseño digital online como Canva), con las que obtenemos imágenes a partir de sus descripciones; o que generan audio o video a partir de texto, como Fliki o Synthesia (aquí tienes una lista de muchas otras).

La irrupción de estas herramientas está siendo observada con una mezcla de fascinación y recelo, sobre todo en el mundo educativo. Hay quienes piensan en todo lo que esta tecnología puede aportar al aprendizaje y hay quienes ponen el grito en el cielo, quienes buscan ponerle puertas al campo o, directamente, quienes quieren prohibirla.

La inteligencia artificial nos reta a explorar las posibilidades de otro tipo de actividades, pruebas y materiales que podamos llevar al aula. Es el momento de cambiar las preguntas y desarrollar el pensamiento crítico.

Vamos a centrarnos en ChatGPT por su facilidad de uso: es tan sencillo como plantear preguntas, en un tono conversacional bastante natural. De momento es gratuito (aunque ya hay una versión premium de pago) y solo es necesario que nos registremos. 

Te ofrecemos tres propuestas para sacarle jugo al famoso chat desde una perspectiva que favorezca los procesos y el pensamiento crítico en el aula:

1. Creación de textos escritos ad hoc para las clases

Pídele que genere un texto (un cuento, una noticia, una receta…) con las palabras clave del léxico que vas a trabajar; o con las que puedan resultar más difíciles de pronunciar a tus estudiantes; o con las que hayan surgido en clase tras una lluvia de ideas sobre un tema. 

Puede ser un buen aliado en este sentido, para la creación de materiales personalizados, ahorrando trabajo al docente.

2. Observación del proceso de escritura

Propón un tema concreto en tu aula, acorde a los intereses y necesidades de tu alumnado. Los estudiantes tendrán que abordarlo con la ayuda de ChatGPT, aportando junto al texto final capturas de pantalla del proceso de escritura. Al menos deberán documentar estos tres pasos: 

Paso 1) Consultar, elaborar la pregunta de partida-el prompt– utilizando los comandos de ChatGPT para que devuelva el mejor resultado. 

Paso 2) Verificar, fundamentar el texto: revisar si hay algún error o incoherencia de forma o contenido, contrastar con otras fuentes, añadir referencias. Las respuestas que nos ofrece ChatGPT siempre parecen plausibles, pero no siempre son precisas o están verificadas.

Paso 3) Mejorar, ampliar o sintetizar el texto o alguna de sus partes.

3. Explicación y corrección de errores

Tu alumnado puede servirse de ChatGPT planteando una duda de lengua (gramatical, léxica, ortográfica…) y obtendrá una respuesta – más o menos fiable (hemos comprobado que va “aprendiendo” y cambiando su respuesta cada vez que le hacemos la misma pregunta o que le pedimos detalles o ejemplos)-. Después se podrá verificar la información obtenida con las explicaciones vistas en clase o las que tienen en sus libros. Por su parte los estudiantes podrán ofrecer aclaraciones, añadir ejemplos y alguna imagen o ilustración que contextualice el significado o los usos de la palabra  o la estructura sobre la que hayan investigado y ayude a su comprensión. 

Este uso puede ser especialmente útil para estudiantes de lenguas extranjeras, que pueden dialogar con el chat, preguntarle si hay errores en sus intervenciones y aprender de ellos.

También pueden pedirle que mejore un texto escrito por ellos, que explique qué cambios ha introducido y los justifique. 

Para terminar, no olvidemos que ChatGPT es un modelo de lenguaje, no un modelo de conocimiento. Lo importante para sacarle partido es hacerle buenas preguntas y encomendarle tareas factibles dando todos los detalles formales posibles. Además hay que comprender las posibilidades de la IA, pero también sus límites y sesgos.

El protagonista sigues siendo tú. 


Este artículo está escrito a partir de las experiencias y reflexiones del grupo de Telegram de docentes IA y enseñanza y aprendizaje. Gracias por compartir y enriquecer el aprendizaje en la conversación. 

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